Es sabido que el arsénico, el cloruro de vinilo, el amoníaco y la nicotina, materiales químicos presentes en un cigarrillo, son ototóxicos, es decir, son perjudiciales para el oído y pueden afectar a la audición de la siguiente manera:
Aquellas personas que permanecen diez o más horas expuestas al humo del tabaco tienen hasta un 60% más de riesgo de sufrir pérdida auditiva, según un estudio elaborado recientemente en Japón y publicado en Nicotine & Tobacco Research. Este y otros estudios realizados en los últimos años ponen de manifiesto que el riesgo de sufrir problemas auditivos aumenta de manera proporcional a la cantidad y tiempo de exposición al humo del tabaco. Por lo tanto, esta exposición no se limita a los fumadores, ya que aquellos que
fuman de forma pasiva también se ven afectados y tienen más probabilidades que el resto de la población de desarrollar pérdida de audición.
Por otro lado, la American Cancer Society ya ha advertido de que la exposición al humo causa más de 750.000 infecciones de oído medio tan solo en Estados Unidos, algo que tiene igualmente una influencia directa en la buena salud aditiva. El riesgo es acumulativo. Fumar, en combinación con otros factores de riesgo de pérdida de audición, como el ruido fuerte, aumenta el peligro.
El tiempo que una persona fuma y la cantidad de tabaco consumido también afectan. Reducir la frecuencia y la cantidad puede ayudar a la audición del fundador y dejar de fumar por completo puede mejorar drásticamente su salud auditiva.
Hay fumadores que asocian el hábito de fumar con los molestos pitidos en el oído que conocemos como tinnitus. Esto es cierto, ya que la nicotina contribuye al desarrollo de sonidos fantasma como pitidos u otros sonidos irritantes.
De hecho, un estudio publicado en 1998 por el prestigioso Journal of the American Medical Association ya revelaba que la posibilidad de desarrollar tinnitus es hasta cuatro veces más elevada en las personas que fuman diariamente, aunque sea poco, que en los no fumadores.
Y es que desde hace años conocemos que el tabaco no solo afecta a quien lo consume sino también a las personas que están a su alrededor, los llamados fumadores pasivos. Estas personas expuestas al humo del tabaco se ven afectadas en gran medida por los problemas de salud derivados del tabaquismo.