La memoria forma parte del desarrollo cognitivo del ser humano, pero hay más que un solo tipo de memoria. Entre estas, la memoria auditiva es una de las menos conocidas.
Desarrollar la memoria cognitiva es importante para el aprendizaje y el desarrollo auditivo de los niños, por lo que hay que buscar mejorarla si no está funcionando como debería.
También conocida como memoria ecoica, la memoria auditiva es la capacidad que tiene el cerebro de reconocer los sonidos y asignarles un significado. Forma parte de la memoria sensorial, especialmente a corto plazo.
Su función es retener la información sonora que se recibe del exterior y recordarla en un orden correcto. Esto se logra a través de una imagen sonora que se almacena en la corteza auditiva primaria contralateral al oído que recibe el estímulo.
Cuando respondemos a nuestro nombre, estamos usando la memoria auditiva, ya que nuestro cerebro sabe que esa combinación de sonidos es la clave para llamar nuestra atención. Hay otros eventos comunes en lo que podemos identificar la participación de la memoria ecoica:
· Recordar el nombre de alguien al presentarse.
· Recordar voces.
· Repetir números y direcciones.
· Repetir melodías.
Para poder fijar un concepto, es necesario almacenar toda su información, por lo que la memoria auditiva juega un papel fundamental en el aprendizaje. En este sentido, las dificultades en la memoria auditiva pueden repercutir también en el desarrollo del lenguaje.
Los niños con problemas de audición suelen tener un rendimiento académico menor, ya que no pueden retener información auditiva coherente en su cerebro. Y es que la memoria ecoica no solo requiere de agudeza auditiva, sino también de una buena calidad de procesamiento auditivo.
Revisa la audición de tu hijo
Algunos trastornos que causan dificultades en el procesamiento auditivo son la dislexia, la discalculia y el TDAH. Sin embargo, las personas con algún tipo de discapacidad auditiva también pueden ver disminuida su memoria auditiva.
Los niños con una baja memoria auditiva necesitarán más tiempo para reconocer y asimilar información, haciendo que les sea más difícil seguir instrucciones de más de varios pasos. Otros signos de que un niño podría tener un déficit de memoria ecoica son los siguientes.
Para evitar que un niño desarrolle problemas de tipo académico o social, es necesario tratar el déficit de memoria auditiva cuánto antes. El cerebro tiene una capacidad para aprender increíble y existen ejercicios que pueden ayudar a mejorar la memoria auditiva.
Este ejercicio suele realizarse en grupo, pero también puede hacerse en sesiones individuales.
Cuando se realiza en grupo, los participantes tendrán una serie de símbolos a la vista y deberán irse pasando una pelota; el que recibe la pelota debe nombrar la palabra anterior y una nueva antes de volverla a pasar.
Si se realiza individualmente, bastará con dos personas que vayan agregando palabras.
El juego Simón es un juego de luces y sonidos que puede ser de gran ayuda para estimular la memoria auditiva.
Se trata de un disco con colores, que se van iluminando aleatoriamente y reproduciendo un sonido propio; el objetivo es memorizar esta secuencia para pasar al siguiente nivel.
Es un juego sencillo, basta con pedirle a los niños que presten atención y reproducir una secuencia de cuatro sonidos una o dos veces. Después se tiene que repetir la secuencia, pero obviando un sonido, y dejar que los niños adivinen el sonido que falta.
A medida que avanza el juego, se pueden ir agregando más elementos a la secuencia para volverla más larga.
Aunque es fácil intuir cuando hay problemas de memoria auditiva, el diagnóstico debe realizarse por un especialista en neurología. Este diagnóstico es vital para evitar el avance del problema.
Lo primero que hará el neurólogo será realizar una prueba neuropsicológica completa para analizar el nivel cognitivo del paciente.
También se suele realizar el test secuencial WOM-ASM, que no solo analiza la memoria auditiva, sino también la memoria visual, la percepción espacial, la capacidad de planificación, el tiempo de respuesta y la capacidad de procesamiento.