Apoyo Familiar Ante la Pérdida Auditiva

La hipoacusia o pérdida auditiva, en muchas ocasiones supone un trauma para la persona afectada. El apoyo familiar y social ante esta situación es fundamental.

Tanto en la aceptación como en la adaptación a la nueva situación, es importante empatizar y ayudar al afectado por pérdida auditiva de manera que este perciba el soporte necesario para afrontar esta nueva situación.

Ø  Localización de la sordera

Uno de los momentos más delicados es la aceptación de que existe una pérdida de audición.

Como familiares y/o amigos, debemos estar alerta ante situaciones muy frecuentes:

·        La falta de respuesta al hablarle.

·        La constante respuesta con un ¿Qué? a preguntas.

·        Un habitual volumen excesivo de la televisión o radio.

·        Dificultad de mantener conversaciones en espacios ruidosos.

 

Ø  Como actuar

Aunque exista una negación del problema por parte de la persona afectada, no significa que no sea consciente de que está perdiendo audición.

Por un lado, nos encontramos con el impacto que supone la pérdida de audición en la calidad de vida y la afectación psicológica que puede ocasionar.

Por otro, la necesidad de empatizar con el afectado y ayudarlo haciéndole ver que no está solo ante esta nueva situación.

Los primeros síntomas de la sordera

Como hemos comentado, la fase inicial, aquella donde empieza a ser evidente una pérdida auditiva suele ser la más complicada tanto para la persona afectada como para su entorno.

La no aceptación del problema y las preguntas que internamente el paciente puede hacerse como:

¿Realmente me estoy quedando sordo? ¿Dejare de oír para siempre? ¿Cómo me comunicaré con los demás? Entre muchas otras, han de tratarse con el máximo de empatía.

Debemos ser un punto de apoyo y de respuestas, pero también la fuente de consejo y propuesta de soluciones.

 

El primer consejo, es hacer entender la necesidad de realizar un estudio audiológico para ver el grado de afectación y las soluciones.

Aunque en ocasiones no es una tarea fácil debido al miedo o temor a que confirmen la sordera, será necesario hacerle ver que su problema tiene solución y que acudir a un especialista es un primer paso.

Ø  Afrontar el problema con determinación

Con un diagnóstico claro, es el momento de poner soluciones y aunque en los centros auditivos generalmente se asesora sobre las diferentes soluciones, el apoyo familiar en la decisión, favorece enormemente a tomar la decisión correcta.

El conocer a la persona, sus costumbres, su nivel de destreza y carácter, ayuda en la elección del tipo de audífono que el audioprotesista recomiende, haciendo una elección conjunta con la que el afectado se sienta cómodo.

Ø  La adaptación al audífono

No sería la primera vez que un audífono acaba en el fondo de un cajón olvidado.

Es cierto que la adaptación a los audífonos requiere de algún tiempo y que existen factores sobre todo psicológicos que influyen directamente.

Como familiares o amigos de una persona con déficit auditivo, debemos animarle y mostrarle nuestro apoyo durante la adaptación.

Es importante que el afectado se dé cuenta de que existe un antes y un después al uso del audífono y que este le permite llevar una vida sin limitaciones.

Gracias a los avances tecnológicos, cada vez existen audífonos más pequeños y casi inapreciables con los que el paciente se siente más cómodo.

Ayudarle en los primeros días con el mantenimiento, cambio de pilas y conservación, hará que coja confianza y destreza con el audífono.

Otras medidas a nuestro alcance

Al margen de los audífonos, debemos tener presentes otros aparatos que pueden hacer la vida de una persona con hipoacusia más fácil.

Teléfonos de sobremesa adaptados, teléfonos móviles o despertadores con vibración son algunos de estos aparatos, en ocasiones imprescindibles.

 

Eliminar barreras y facilitar el día a día, favorece no solo la adaptación, sino también la autoestima ante la aparición de la sordera.

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